Creación de un plan de respuesta a incidentes
La creación de un plan de respuesta a incidentes puede ahorrarle dinero a tu organización al crear un conjunto de procesos bien definidos para que tu equipo de ciberseguridad los siga tan pronto como se descubra un incidente. Estos procesos reducen el tiempo que tarda el equipo en identificar, investigar, contener y extraer a un actor de la amenaza de los sistemas, redes y aplicaciones. Definir y ensayar un plan de respuesta permite identificar deficiencias que pueden remediarse antes de un incidente real.
Cuanto más rápido puedas afrontar y neutralizar un incidente de seguridad, mejor podrás gestionar una posible vulneración en el futuro. Por lo tanto, es fundamental crear proactivamente un plan de respuesta integral. Te presentamos seis pasos que deberías incluir al trabajar en un plan de respuesta propio:
1. Preparación
La etapa de preparación de la respuesta a incidentes implica identificar y categorizar los datos, aplicaciones, usuarios, redes, sistemas y dispositivos de alto riesgo. Además, tu organización debe revisar la inteligencia de amenazas y el riesgo empresarial contextual actual para crear los escenarios de vulneración de datos más probables.
2. Identificación
Este paso se centra en comprender el comportamiento normal dentro de un entorno en lugar de establecer alertas cuando se produce un comportamiento anormal. Por ejemplo, una alerta de ataque de robo de credenciales podría basarse en la cantidad de veces que alguien intenta iniciar sesión en una cuenta sin éxito.
Una de las partes más difíciles del proceso de identificación es establecer las alertas correctamente. Si el comportamiento anormal se define de forma demasiado amplia, tu equipo de seguridad puede dedicar demasiado tiempo a alertas falsas, o empezar a ignorar las alertas por completo. Por otro lado, definir las alertas de forma demasiado limitada puede llevar a que pasen por alto actividades sospechosas o de riesgo.
3. Contención
Este paso es el proceso de aislar la amenaza y evitar que el actor de la amenaza se mueva dentro de sus redes y sistemas. A corto plazo, puede significar aislar un segmento de la red o cerrar un sistema. A largo plazo, puede implicar la eliminación de cuentas o la aplicación de un parche de seguridad.
4. Erradicación
La erradicación consiste en eliminar cualquier cosa que el actor malicioso haya utilizado como parte del ataque. Por ejemplo, puede implicar eliminar de forma segura el malware o los archivos infectados que formaron parte del ataque.
5. Recuperación
Durante esta etapa, el equipo de respuesta a incidentes devuelve las redes, los sistemas, las cuentas y las aplicaciones afectadas a su estado "previo al ataque". Esto puede significar recuperarlos a un punto de una copia de seguridad anterior, así como validar los sistemas para asegurarse de que la vulnerabilidad que utilizaron los atacantes esté solucionada.
6. Lecciones aprendidas
Este punto es posiblemente la parte más importante del proceso de respuesta a incidentes, es la discusión posterior a la recuperación que ayuda a determinar lo que funcionó, lo que no funcionó y lo que se puede mejorar para el futuro. Este paso crucial te ayudará a crear un plan de respuesta cada vez más potente y duradero.